Procedimientos concursales y Ley de la Segunda Oportunidad: qué son y cómo pueden ayudarte

El derecho concursal es la rama del derecho que regula las situaciones de insolvencia, tanto de personas jurídicas (empresas) como de personas físicas. Su objetivo es gestionar de manera ordenada las deudas y ofrecer soluciones para que empresas y particulares puedan superar una situación económica crítica.

En este artículo te explicamos, de forma clara y práctica, qué opciones existen y cuándo es recomendable acudir a cada una de ellas.

Procedimientos concursales para empresas: el derecho preconcursal

Cuando una empresa no puede hacer frente a sus deudas, el primer paso es determinar si se quiere mantener la actividad o proceder al cierre ordenado.

En los últimos años se ha evidenciado que muchos concursos acaban en liquidación y que la vía judicial puede ser larga y costosa, en parte por la saturación de los juzgados mercantiles. Por este motivo han ganado peso las herramientas preconcursales, que permiten actuar con antelación y aumentar las posibilidades de evitar el concurso.

Las principales herramientas preconcursales son:

• Comunicación de apertura de negociaciones con los acreedores

• Planes de reestructuración

Y tienen como finalidad:

• Evitar el concurso de acreedores.

• Mantener la actividad de la empresa.

• Llegar a acuerdos con los acreedores.

• Reducir el impacto sobre los trabajadores.

Una buena reestructuración realizada a tiempo puede evitar la liquidación y salvar el proyecto empresarial.

El concurso de acreedores: cuando ya no hay alternativa

Si no es posible llegar a acuerdos en fase preconcursal, se debe acudir al concurso de acreedores, la vía judicial.

Actualmente existen tres modalidades:

• Concurso voluntario: presentado por la empresa cuando prevé o sufre insolvencia.

• Concurso necesario: solicitado por un acreedor cuando la empresa no puede pagar.

• Procedimiento especial de microempresas: pensado para empresas y autónomos con ciertos requisitos, con un proceso más ágil y económico.

Los procedimientos concursales pueden finalizar en:

• Convenio con acreedores: posibilidad de continuidad.

• Liquidación: cierre y venta de activos para pagar deudas.

La Ley de la Segunda Oportunidad: una salida real para personas físicas

Desde 2015, cualquier persona física —familias, autónomos o trabajadores— puede acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, un mecanismo legal que permite cancelar deudas de manera definitiva.

Su objetivo es sencillo pero potente: permitir que una persona empiece de cero, sin deudas y con una nueva oportunidad financiera.

Las vías para obtener la exoneración del deudo son:

1. Liquidación de la masa activa: venta de los bienes del deudor, con la posibilidad de conservar la vivienda habitual en algunos casos.

2. Plan de pagos a 3 o 5 años: sin necesidad de liquidar el patrimonio.

3. Insuficiencia de masa: cuando no existen bienes para liquidar, apertura y cierre inmediato del procedimiento.

Para hacerse una idea del impacto de esta herramienta en nuestro país, el 90% de los concursos presentados a nivel estatal durante el tercer trimestre de 2024 eran de persona física, de los cuales 9.296 se presentaron en Cataluña, siendo la comunidad autónoma líder en la tramitación de estos procedimientos. Estos datos evidencian que se trata de un proceso efectivo, rápido y muy utilizado.

En definitiva, el derecho concursal es esencial para garantizar un tejido empresarial saludable y para permitir que las personas físicas puedan reiniciar su vida económica. Las reformas recientes buscan procesos más ágiles, económicos y orientados a la recuperación, tanto empresarial como personal.