El compromiso de los estados europeos para el cumplimiento de los ODS pone sobre la mesa la necesidad de aplicar muchos cambios en la forma de hacer actual, tanto por parte de los gobiernos, como de las empresas. Sin embargo, la necesidad de alcanzar objetivos para 2030 y 2050 precisa de un plan de acción que necesitará el conocimiento de muchos colectivos profesionales, pero yo me centraré en los de la ingeniería en todas sus especialidades, sin duda uno de los que más contribuirá al correcto desarrollo de estas obligaciones.

En un reciente informe de la UNESCO se pone de manifiesto su necesidad y tendrá el mundo del decisivo papel de la ingeniería para alcanzar cada uno de los 17 ODS, como factor importante para el desarrollo socioeconómico sostenible.

De hecho, las ingenieras e ingenieros han contribuido a la capacidad humana para sobrevivir a desastres y amenazas de salud pública, garantizar alimentos y agua, comunicación y transporte e innovar y crear nuevos productos y servicios. Podríamos resumirlo diciendo que donde haya un problema, existe la necesidad de soluciones de ingeniería.

Las ingenieras e ingenieros están llamados a trabajar en las diferentes especialidades, para convertir las ideas innovadoras en proyectos de sostenibilidad, en beneficio de todos. Porque ninguna disciplina por sí sola puede presentar una solución para alcanzar todos los objetivos. Todos ellos están integrados, son inseparables y equilibran las tres dimensiones del desarrollo sostenible: el económico, el social y el ambiental.

La ya pasada pandemia, que ha afectado tan duramente a todo el mundo, ha puesto de relieve la contribución polifacética de la ingeniería, al tiempo que ha sacado a la luz el fracaso de las desigualdades a nivel mundial.

Esto hace más necesario un nuevo paradigma para la ingeniería, que vaya más allá de la división tradicional de las disciplinas y que sea multidisciplinar en su enfoque, que pueda trabajar temas de cambio climático, que anime a los profesionales a trabajar en aspectos de responsabilidad social ayudando a construir un mundo más sostenible, resiliente y equitativo, sin dejar a nadie atrás. Es necesario pensar en los impactos sociales, pero sin descuidar los impactos ambientales para recuperar la salud de la naturaleza y del planeta que compartimos, haciendo así que la ingeniería sea, junto con otras profesiones, un factor esencial, igualador y acelerador para alcanzar los ODS.

Por último, la propia profesión de la ingeniería deberá ser reformada para poder dar respuesta a los temas urgentes de hoy en día y debe promover entre otros, un sentido de responsabilidad global orientado a la consecución de las innovaciones necesarias . Aquí se nos presentan nuevos retos a afrontar sin demora.

Y termino con una cita de la propia Constitución de la UNESCO: "Ya que las guerras nacen en la mente de los hombres y las mujeres, es en la mente de los hombres y las mujeres que hay que construir los baluartes de la paz".
​