La renuncia silenciosa

Gestión de personas
ESCRITO POR Pol Morales i Vilumara
14 Oct, 2024 — 1 min
La renuncia silenciosa

Los altos niveles de rotación laboral son realmente preocupantes en el ámbito empresarial, ya que los cambios repentinos de personal no solo afectan al rendimiento global, sino que también comporta un impacto económico significativo. La rotación de personal implica gastos en procesos de selección, tiempo dedicado a la formación de los nuevos trabajadores/as y una carga extra de gestión por parte del equipo directivo. Todo ello genera una pérdida de productividad y un clima de inestabilidad que perjudica el funcionamiento de la empresa.

Un fenómeno que ha generado protagonismo recientemente es la renuncia silenciosa (“quiet quitting”). Este término se refiere a la situación en que un trabajador no manifiesta de manera explícita su voluntad de renunciar, pero sus comportamientos y actitudes demuestran una desconexión evidente con los objetivos de la empresa. El compromiso y el esfuerzo se reduce al mínimo indispensable para cumplir con las tareas asignadas. Esta desconexión emocional y motivacional, acostumbra a ser el inicio de una renuncia formal, aunque a menudo se prolonga durante meses o años, afectando negativamente a la eficacia y el clima laboral.

Las causas que pueden llevar a un empleado a la renuncia silenciosa son múltiples, y en muchos casos se relacionan con la insatisfacción personal y profesional. Basándonos en la pirámide de necesidades de Maslow, que establece una jerarquía de cinco niveles de necesidades humanas, podemos identificar varios factores que contribuyen a este fenómeno:

  • Falta de comunicación: Una deficiente comunicación con los/las superiores o los equipos genera desconexión y frustración. Cuando el trabajador/a se siente ignorado o sin una dirección clara, es propenso a desvincularse emocionalmente de la empresa.
  • Falta de sentido y persistencia: La falta de sentido en el trabajo o la falta de persistencia en los objetivos provoca una sensación de aislamiento, la cual cosa puede desembocar en ansiedad o depresión. Cuando la persona no encuentra un propósito en aquello que hace, se reduce la motivación y el esfuerzo.
  • Falta de reconocimiento: No sentirse valorado es uno de los factores que más afecta a la moral de los trabajadores/as. La falta de reconocimiento por los esfuerzos realizados genera frustración y afecta a la autoestima, contribuyendo a un descenso de la confianza en uno mismo y en el entorno laboral.
  • Falta de consistencia: La inconsistencia en las políticas o la gestión interna de la empresa crea un ambiente de caos y pérdida de control. Este desorden afecta negativamente a la confianza en la organización y la percepción de la seguridad laboral.
  • Falta de confianza: La confianza es un elemento fundamental para cualquier relación, incluida la laboral. Cuando un trabajador/a percibe una falta de confianza en su capacidad o en las decisiones de la empresa, se incrementa la inseguridad y la ansiedad, aumentando el estrés y, en última instancia, generando una desconexión con el puesto de trabajo.

Para minimizar estos problemas y fomentar un entorno laboral saludable, es crucial que las empresas dediquen tiempo y recursos al cuidado de sus trabajadores/as. Entre las acciones más efectivas desatacan la creación de un ambiente de trabajo abierto a la comunicación, la implementación de reuniones 1 a 1 de manera periódica para mantener un diálogo continuo, la promoción de beneficios sociales y el reconocimiento de los éxitos, tanto a escala individual como colectiva y programas de formación continua. Todo esto, contribuye a crear un clima de confianza, compromiso y bienestar que, a largo plazo reduce la rotación y mejora la productividad.

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