Inflación y compensación: hacia modelos más flexibles y humanos
Gestión de personas
En los últimos años, ha salido a la luz una realidad innegable: el aumento sostenido del coste de la vida y la inflación repercuten directamente en el día a día de los trabajadores. La vivienda, la energía, la alimentación y el transporte son solo algunos de los ámbitos en los que los aumentos de precios son más notables, lo que influye directamente en la percepción que nuestros equipos tienen de su remuneración.
En este contexto, muchas empresas han identificado que el aumento lineal de los salarios es insuficiente y difícilmente sostenible. Por eso están optando por implementar modelos de compensación en los que, además del salario tradicional, ofrecen un conjunto de beneficios adicionales a sus equipos, conocidos como Total Reward.
¿En qué consiste Total Reward?
El enfoque de la Retribución Total se basa en la premisa de que la remuneración va más allá del salario. Incluye beneficios, incentivos, flexibilidad y programas que mejoran el bienestar de las personas: seguros, planes de pensiones, ayudas al transporte o formación continua.
De esta manera, se construye una propuesta de valor más completa, en la que la empresa no solo paga, sino que también brinda apoyo y oportunidades a sus equipos.
En el actual clima inflacionario, muchos de estos beneficios no monetarios pueden tener un impacto comparable al de un aumento salarial.
La personalización, clave para el compromiso
Uno de los aspectos centrales del debate actual sobre la remuneración es la diversidad de necesidades. No todo el mundo valora los mismos beneficios por igual: para algunas personas, la flexibilidad y el tiempo libre serán más importantes que un incentivo económico; para otras, un plan de salud familiar o un plan de pensiones marcarán la diferencia.
El modelo de retribución total permite adaptar la oferta a cada individuo o grupo, lo que parece ser cada vez más relevante en un mercado laboral tan competitivo, en el que retener el talento es una tarea compleja.
Flexibilidad: un beneficio que va más allá del salario
Si hay un elemento que ha surgido como una decisión clave en los últimos años, es la flexibilidad: teletrabajo, horarios adaptables, semanas laborales comprimidas... Estas medidas tienen un efecto directo en la calidad de vida e, indirectamente, pueden ayudar a aliviar los gastos cotidianos.
Esta ventaja, que no es estrictamente económica, puede tener un impacto comparable al del salario. Esto se debe a que esta flexibilidad también actúa como un elemento cultural que ayuda a reforzar la percepción de confianza, autonomía y bienestar dentro de la organización.
Los sistemas de remuneración que ofrecen las empresas están evolucionando hacia modelos más amplios, en los que el salario coexiste con elementos de valor, bienestar y flexibilidad. En este escenario, la remuneración total es una forma de entender la relación con las personas, de interpretar sus necesidades y de equilibrar la sostenibilidad económica con la percepción del valor. Y es aquí donde puede marcar la diferencia a la hora de atraer y retener el talento.
Al fin y al cabo, la remuneración ya no se limita al pago: se trata de ofrecer una experiencia completa que tenga sentido para el empleado.


