Aprobación del Reglamento Europeo contra la morosidad: Un “salvavidas” para las PYMES

Un adelanto histórico para la salud financiera de las pequeñas empresas

El Parlamento Europeo ha dado un paso crucial en la lucha contra la morosidad con la aprobación del Reglamento Europeo contra la Morosidad. Este hito marca un antes y un después en la protección de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) ante los plazos de pagos abusivos que ponen en riesgo su supervivencia.

Un faro para el fin de los plazos abusivos

Este reglamento supone un cambio radical en el panorama empresarial europeo, poniendo fin a las prácticas abusivas que tanto de mal hacen a las PYMES. Los plazos de pago excesivamente largos ya no serán tolerados, protegiendo así la salud financiera y la viabilidad de estas empresas, que son motores esenciales de la economía. 

Así bien, el nuevo reglamento será de obligado cumplimiento para todos los estados miembros. Según el presidente de PIMEC, la normativa, en su perspectiva de establecer un marco sólido en cuanto a los plazos de pago, “mejorará la liquidez económica y la viabilidad de las empresas”, puesto que prevé sancionar a las empresas morosas si exceden el plazo de pago general fijado en 30 días, o en 60 para casos de necesidad de periodo de certificación. Además de las sanciones y de los plazos de pago fijados, en el Reglamento Europeo está previsto que haya la posibilidad de compensación con las administraciones públicas y que se prohíba la utilización de mediados de pago que alteran las condiciones de pago.

Un camino hacia una Europa más justa

Una lucha necesaria en España

En el caso de España, la urgencia de este reglamento es especialmente evidente. El plazo medio de pago en el sector privado ha aumentado considerablemente, superando los límites legales. Las grandes empresas suelen ser las principales responsables de estas prácticas abusivas, generando graves desequilibrios financieros y asfixiando a las PYMES.

Un futuro más esperanzador para las PYMES

A pesar de los posibles obstáculos que puedan surgir, la confianza en la aprobación final del reglamento es alta. Aun así, nos falta todavía el broche final, que es que se apruebe definitivamente en el diálogo a tres en las próximas negociaciones entre el Consejo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Este se celebrará después de las próximas elecciones en el Parlamento Europeo de junio, una vez constituido y bajo la presidencia de la Unión Europea por parte de Hungría. “Que el Reglamento Europeo se apruebe más rápidamente o con mayor lentitud dependerá, en parte, del Gobierno húngaro, que son los que tienen que promover el acuerdo en el Consejo de Europa”, ha explicado Cañete.

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