7 elementos clave para detectar una posible situación de insolvencia
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Detectar a tiempo una posible situación de insolvencia es clave para garantizar la continuidad de cualquier empresa o actividad profesional. La Ley Concursal establece distintos grados de insolvencia, pero es especialmente importante identificar la probabilidad de insolvencia, puesto que permite actuar con antelación y llevar a cabo una reestructuración efectiva. En este artículo presentamos siete elementos esenciales que pueden servir como señales de alerta para detectar ese riesgo a tiempo y tomar las medidas necesarias para evitar consecuencias irreversibles.
Ley Concursal: Situaciones de insolvencia
La Ley Concursal regula tres situaciones de insolvencia que obligan o bien a solicitar un concurso voluntario o a la apertura de negociaciones con los acreedores:
- Insolvencia actual: Cuando la empresa o autónomo ya no puede cumplir regularmente con sus obligaciones de pago exigibles.
- Insolvencia inminente: Cuando la empresa prevé que durante los tres meses siguientes no podrá cumplir puntualmente con sus obligaciones de pago.
- Probabilidad de insolvencia: Cuando sea previsible que, sin una reestructuración en la empresa, ésta no podrá cumplir regularmente con sus obligaciones de pago durante los próximos dos años.
Ésta última, la probabilidad de insolvencia es la más difícil de detectar, pero también la más importante. Si podemos identificarla nos permitirá llevar a cabo una reestructuración eficiente de la sociedad, ya que todavía se dispone de tiempo y recursos para poder implementarla.
Cuando la situación de insolvencia ya es demasiado avanzada (como en el caso de la inminente o la actual) es prácticamente imposible disponer de los recursos y tiempos necesarios para revertirla, quedando la mayoría de las empresas expuestas a la declaración de concurso y posterior liquidación.
Señales que pueden indicar riesgo de insolvencia
Dejando aparte los mecanismos de alerta establecidos por las directivas europeas y la Ley Concursal, a continuación, exponemos los elementos que, a pesar de parecer obvios, deben considerarse como un indicador de que la empresa puede encontrarse en probabilidad de insolvencia:
- Disminución significativa del volumen de negocio o del margen.
- Necesidad de vender activos para tener liquidez y pagar obligaciones a corto plazo.
- Cambios en la regulación del sector.
- Abandono del proyecto empresarial por parte de la dirección.
- Pérdidas de concesiones administrativas o contratos significativos.
- Retrasos en el pago a acreedores o en el cobro de clientes.
- No renovación o disminución de pólizas de crédito por parte de los bancos o no concesión de financiación corriente.
¿Qué hacer si se detectan estas señales?
Comprobando si se dan estos elementos, se puede detectar de forma prematura si existe probabilidad de insolvencia de la empresa e incluso si es viable a largo plazo. En caso de que se considere que a largo plazo es viable será necesario iniciar un proceso de reestructuración, tanto financiero como operativo, para recuperar la solvencia de la empresa y evitar una situación de concurso.