La dimensión humana del "Lean"
LeanPor todos es sabido que la elevada competitividad y el entorno cambiante del mercado hace que las organizaciones tengan que adaptarse rápidamente a los cambios, al mismo tiempo que deben reducir costes y garantizar la calidad de sus productos y servicios. Ser competitivos en este entorno implica revisar los métodos de gestión tradicionales, de ahí que cada vez más oigamos hablar de 'Lean', no sólo en las empresas del sector industrial, sino también en el sector servicios. Las empresas que implementan esta metodología buscan, pues, una ganancia en términos de competitividad, ya que el 'Lean', en definitiva, es un método que ayuda a la empresa y le enfoca a la consecución de los objetivos estratégicos del negocio.
Pero más allá de la definición más corporativa que sería eliminar o reducir todo aquello que no añade valor en el proceso productivo o en las actividades que se desarrollan, es importante tener en cuenta la acepción más literal del término. ‘Lean’ significa esbelto. ¡Pues seámoslo en nuestras organizaciones, seamos atractivos para nuestros clientes y para nuestros empleados! Ésta es una de las claves del éxito de toda organización.
Las empresas que asumen esa filosofía tienen claro que su corazón son las personas. El 'Lean' otorga al trabajador un papel protagonista, ya que busca implicarle en esta filosofía de trabajo. El motivo está claro, el trabajador es el primero en observar ciertos problemas que pueden ser resueltos, problemas que con la aplicación de un conjunto de técnicas que nos proporciona el ‘Lean’ permiten conseguir más con menos. Así pues, los principios fundamentales de esta filosofía, además de la eliminación de las actividades que no ofrecen valor, son el respeto a las personas y la satisfacción de los clientes, factores que garantizan la salud y la seguridad de las empresas y, por tanto, sus logros, factores que dicen mucho de los valores que las gobiernan.