Due Diligence Ambiental: Entender, prevenir y proteger las decisiones empresariales
Sostenibilidad
En cualquier operación empresarial, ya sea la compra de un terreno, la fusión con otra empresa, la construcción de un proyecto, etc., hay potenciales riesgos. Uno de los más críticos y a menudo menos visibles es el riesgo ambiental.
Este riesgo puede traducirse en sanciones de la administración, suponer sanciones legales, costes de descontaminación elevados, problemas con la opinión pública e incluso daños directos a la empresa. Para poder hacerle frente y evitar esta situación, existe la Due Diligence ambiental, una herramienta clave para analizar y entender estas posibles amenazas antes de tomar decisiones importantes.
¿Qué es la Due Diligence ambiental?
Es un proceso de investigación que sirve para evaluar el estado ambiental de un activo (como un inmueble, terreno o empresa) y detectar si hay problemas ambientales existentes, potenciales o ocultos.
El objetivo es identificar riesgos y responsabilidades legales o económicas antes de formalizar una transacción, es decir, la Due Diligence permite hacer una revisión integral de los diferentes aspectos ambientales que permitirán determinar la viabilidad y condiciones a tener en cuenta antes de la ejecución de un proyecto u inversión.
¿Cuándo y por qué se hace?
La Due Diligence ambientales es especialmente importante en situaciones como:
- Compra de terrenos o edificios industriales.
- Fusiones o adquisiciones de empresas.
- Proyectos de construcción o cambio de uso del sol.
- Financiamiento o seguros relacionados con activos inmobiliarios.
Este análisis se ha de realizar previamente a la realización de cualquiera de estas acciones para tener la información necesaria para poder decidir con total garantías.
¿Cómo se estructura el proceso?
Fase I – Búsqueda preliminar
Es una primera evaluación que incluye:
- Revisiones de documentos: permisos ambientales, inspecciones anteriores, licencias.
- Entrevistas con responsables técnicos o antiguos propietarios.
- Visita a las instalaciones para identificar signos visibles de riesgos (depósitos de aceite, residuos almacenados, presencia de amianto, etc.)
Fase II – Investigación especifica (si es necesario) *
Si se han detectado incidencias potenciales en la primera fase, se puede solicitar:
- Análisis de suelo, aguas subterráneas o estructuras.
- Toma de muestras para identificar contaminantes específicos.
- Estudios históricos de la actividad del lugar.
- Estudios específicos en otros vectores.
*Esta fase confirma o descarta problemas ambientales reales y cuantifica su gravedad.
Fase III – Evaluación de riesgos y recomendaciones
Con toda la información recogida, se elabora un informe que incluye:
- Riesgos legales, económicos y operativos.
- Costes eliminados de reparación, descontaminación o adecuación en caso de que exista.
- Propuestas de acción: remediación, seguros, cláusulas contractuales, etc.
¿Qué marco legal se aplica?
En España, la Ley 26/2007 de responsabilidad ambiental obliga a los operadores a prevenir, evitar y reparar daños en el medio ambiente, incluso si no ha habido incumplimiento legal directo.
A nivel europeo, la Directiva 2004/35/CE establece el principio de “quién contamine, paga”, lo cual implica que un comprador puede ser responsable de la contaminación, aunque la haya causado el propietario anterior.
Esto hace que detectar estos riesgos antes de firmar contratos sean fundamentales para evitar cargas inesperadas.
Beneficios de elaborar una Due Diligence ambiental
- Reduce riesgos económicos y legales.
- Protege la reputación corporativa.
- Mejora la transparencia con inversores y socios.
- Permite tomar decisiones más seguras.
- Favorece el acceso a financiación y seguros.
En conclusión, elaborar una Due Diligence es mucho más que una precaución: es una inversión en seguridad jurídica, gestión responsable y éxito a largo plazo. En Grup Carles podemos ayudarte a prepararla, contacta con nosotros.